El mismo ser del hombre para su supervivencia, ha de necesitar la voluntad del Estado redentor, porque la naturaleza lo somete a sus designios. Negar nuestra fragilidad individualizada es un error, un problema al que se debe de estar consciente y al que se le tendrá que dar solución. La voluntad del Estado, exige deseo intenso hacia él, amor y admiración incondicional ante sus acciones y sus normas, que son los dictados del ser superior. El Estado llama a sus detractores e incrédulos de su bondad: malhechores y asesinos del pueblo; porque el conjunto de individuos individualizados, no hacen la unión para ser una totalidad, dentro de un Estado. La fe liberal solo hace pulular en la sociedad a los disolutos malhechores, que transgreden la voluntad de la existencia; es decir, “la voluntad del Estado”. La anarquía y el liberalismo son teorías destructivas para el ser del hombre, porque pregonan ideas inestables para la organización del colectivo en sociedad. Son teorías que a la larga, desembocan en atentar contra la voluntad Estatal despertando una vorágine sin freno, arrastrándonos a la destrucción Nacional. Controlar esa vorágine del colectivo, eso, es la misión del Nacionalismo. -- (Ideas de mi próximo libro) Gerardo Alfaro Calvo--.
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| ¡todos somos una fuerza, todos somos el ESTADO! |
